Gasteazoro, historiador

Carlos Manuel Gasteazoro (1922-1989) es el pionero de la historia científica de Panamá. Carlos es un panameño creativo, el cual se distingue por un pensamiento funcional y vitalista, es el maestro de la verdad histórica de la patria de Buenaventura Correoso, Guillermo Andreve y Diógenes de la Rosa.

El celo pedagógico es consecuente con la moral docente, exigente y riguroso rechaza la mediocridad; con la ironía socrática obliga al estudio sistemático y exhaustivo. La cátedra es semillero de interrogantes y debates. La honestidad es la norma, responde “no sé” cuando le formulan incisivos cuestionamientos. Investiga y responde con clases magistrales. Gasteazoro educa con el ejemplo, es auténtico, las lecciones de civismo son afines con la docencia.

Como académico, crea las cátedras: Fuentes Históricas de Panamá, Historia de Panamá, Panamá en el Mundo Americano, Relaciones de Panamá con los EE. UU., Metodología de la Investigación e Historiografía de Panamá y América, V Centenario del Descubrimiento de América. Nos enseña a usar la hermeneútica y la heurística como herramientas del saber histórico.

Carlos Manuel, sin egoísmos, reivindica el pasado común y promueve una escuela de historiadores, entre los cuales se distinguen: Argelia Tello Burgos, Alfredo Figueroa Navarro, Celestino Andrés Araúz, Armando Muñoz Pinzón, Alberto Osorio Osorio, Ricaurte Soler. Juan Antonio Tack, otro de sus alumnos, lo introduce en la carrera diplomática, y no se equivocó.

Gasteazoro nos orienta hacia una interpretación objetiva del acontecer patrio e interrelaciona sucesos locales con óptica universal, existe una continuidad en el fluir de la historia, ella es integral, cinética, nada es estático, es dialéctica. Insiste en el saber histórico en un sentido compartido que unifique y nunca separe. Nada se excluye, reitera que debemos asumir la autocrítica en la indagación histórica. La historia armoniza lo individual con lo colectivo, es una aventura vital del ser humano en sociedad.

Gasteazoro, como visionario crea la Editorial Universitaria en 1969 y la dirige hasta 1986. Publica, como humanista, 150 títulos de Lingüística, Literatura, Geografía, Arqueología, Sociología, Biología, Antropología, Derecho, Ciencias e Historia, vinculadas con ese pasado que nos duele, pero que también nos da una cohesión espiritual hacia la integración nacional.

Entre los libros publicados, merecen mención especial: La tierra dividida de Gerstle Mack, Cádiz a Catay. Historia de la larga lucha diplomática por el Canal de Panamá de Miles P. DuVal Jr., La miseria del progreso de E. Bradford Burns, Cinco años en Panamá de Wolfred Nelson, Los Estados Unidos y la República de Panamá de William D. MacCain, La defensa de Portobelo de Edwin C Wester.

Carlos Manuel, en 1981, con los auspicios de la Presidencia de la República, crea la Biblioteca de la Cultura Panameña, honra a intelectuales, historiadores, científicos y artistas, entre ellos a Ricaurte Soler, Omar Jaén S., Alfredo Figueroa Navarro, Rodrigo Miró, Argelia Tello Burgos. Novencido Escobar y Erik Wolfchoon. Luego, Omar Jaén S. y Alfredo Figueroa Navarro, bajo la dirección del maestro Gasteazoro, continúan la Biblioteca hasta 1984. El Ministerio de Cultura tiene el compromiso histórico de continuar la publicación de la Biblioteca de la Cultura Panameña.

Gasteazoro inspira un patriotismo ético con una labor sistemática que procura afirmar las raíces nutrientes del Panamá histórico, inquiere en lo que nos da permanencia y profundidad en la definición conceptual de nuestra entidad estética, cultural y axiológica. El nacionalismo es consciente y moral, colmado de dignidad y decoro al rechazar los oportunismos y las reverencias cortesanas. Carlos Manuel está por encima de las ideologías de izquierda y derecha, así como de los intereses políticos partidistas. Insiste en lo institucional, acentúa lo telúrico en el proceso formativo de la nación panameña.

Como protagonista de La épica de la Soberanía, considero que uno de los mentores de la lucha por eliminar el enclave colonial lo es, sin duda alguna, Carlos Manuel Gasteazoro. Nos enseñó a amar a Panamá al conocer nuestro fantástico devenir.

Carlos Manuel tiene especial afición por la música clásica, llega a ser un erudito. Las artes plásticas son predilectas y estimula los nuevos valores de la pintura y la escultura. La literatura lo apasiona, Verlaine y Rimbaud son poetas que lo atraen, asimismo Shakespeare en el teatro. La experiencia como diplomático en Egipto, lo hace un respetado egiptólogo y domina la exótica decoración oriental.

Carlos Manuel nace con una mancha lunar en el rostro, la cual afecta su personalidad, es tímido, introvertido y estoico. En una ocasión, sus alumnos decidimos enfrentarlo, pues era extremadamente irascible. Discutimos y el eclipse sensitivo terminó. Iniciamos un diálogo colectivo y se desveló una rica humanidad, su humildad monacal nos cautivó a todos, de alumnos pasamos a ser sus amigos. La fuerza de la inteligencia se impone siempre una de sus expresiones se hizo realidad.

Los libros cardinales del auténtico maestro son: Introducción al estudio de la historia de Panamá: Fuentes de la época hispana. Apuntes para un estudio de la historiografía republicana. La historia de Panamá en sus textos en colaboración de sus alumnos Celestino Andrés Araúz y Armando Muñoz Pinzón. Mi hermano Luis Felipe fue su alumno y en ese momento trabajaba en el Centro Audiovisual y le organizó todo el material fotográfico. Manual de la historia de Panamá con sus discípulos Argelia Tello Burgos, Alfredo Figueroa Navarro y Celestino Araúz.

Gasteazoro le da paternidad al término “rabiblanco”, voz del folclor panameño que define una clase social privilegiada del país.

Miguel de Unamuno expresó: “solo los apasionados llevan a cabo obras duraderas y fecundas”, y Carlos Manuel Gasteazoro es uno de ellos. El Ministerio de Cultura tiene el deber de imprimir sus obras completas e incluir El manual de la historia de Panamá y la Monumenta histórica de Panamá.

Una anécdota inolvidable. Gasteazoro me invita a una tertulia en su casa con Miguel Moreno, su cuñado, él quería saber de primera mano de las inquietudes patrióticas y sociales de la dirigencia estudiantil, acudí con Humberto Brugiatti y Héctor Peñalba. El diálogo es fructífero, años después le toca a Miguel Moreno defender la posición de Panamá en la OEA ante los trágicos sucesos del 9 de Enero de 1964 y le reviso Misión a Washington.

Mi homenaje a Carlos Manuel Gasteazoro, el historiador, patriota y catedrático nace del alma.