Centroamérica, una región clave para el tráfico de cocaína

El multimillonario negocio de las drogas está encontrando en nuestra región una alternativa para el envío de cocaína a Europa, reveló el 'Informe mundial sobre la cocaína 2023', que evidencia cómo los traficantes de cocaína, principalmente provenientes de Colombia, utilizan rutas en América Central y Sudamérica para subsanar la pérdida de protagonismo que están experimentando los puertos colombianos en el tráfico de drogas.

“Los traficantes tienen acceso a una variedad cada vez mayor de embarcaciones, desde yates y lanchas rápidas, hasta barcos de pesca, que vienen acompañados de tecnologías que les permiten desarrollar rutas marítimas cada vez más eficientes”, explica el informe desarrollado  por la  Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas (Unodc), y publicado este 16 de marzo.

“Para evitar la aplicación de la ley en los puertos marítimos, los comerciantes ilegales suelen descargar la cocaína en barcos nodriza antes de llegar a tierra”, agrega el documento, que relata cómo los traficantes mueven los cargamentos de barco en barco, utilizando lanchas y botes de pesca, en América Central, el Caribe y las islas del océano Pacífico, para llevar la cocaína a Bélgica y Países Bajos, que se está convirtiendo en un nuevo centro de distribución.

Mientras que, los puertos del mar del norte (Amberes, Róterdam y Hamburgo), están eclipsando a Europa y Portugal como puntos de entrada para la cocaína a Europa occidental.

Aunque también se está traficando por tierra, desde Colombia hasta México, para desde allí enviarla a Estados Unidos. “[Los traficantes] cruzan varias fronteras terrestres secuencialmente de sur a norte. Se trata de pequeñas cantidades que pasan entre la frontera de Colombia y Panamá”, detalla la publicación.

En relación con otros países de Latinoamérica, el tráfico entre El Salvador y Guatemala se da mediante rutas marítimas a través del golfo de Fonseca y, en el caso del tráfico entre Honduras y Guatemala, se concreta por vía aérea, para luego ser enviado a México.

Sobre el cultivo de coca en el mundo, el documento afirma que en el periodo comprendido entre 2020 y 2021 se alcanzaron cifras récord de producción, obteniendo un 35% más en comparación al periodo anterior, producto de la expansión de los cultivos y a las mejoras en el proceso de transformación de la hoja de coca en clorhidrato de cocaína. Se trata del mayor aumento interanual registrado desde 2016.

Los países donde se concentra la mayor cantidad de campos de cultivo son: Colombia, Perú y Bolivia, donde para 2021 había más de 300.000 hectáreas de plantación de coca, que una vez recogida se mezcla con gasolina, cal, cemento y sulfato de amonio para dar como resultado una pasta blanca, que es enriquecida con ácidos y disolventes que generan la cocaína.

Paradójicamente, 2021 también finalizó con un aumento considerable de las incautaciones de cocaína a nivel mundial, casi 2.000 toneladas.

Este aumento ha hecho que la cocaína se convierta en la droga de mayor crecimiento de producción, junto con los estimulantes anfetamínicos

El crecimiento de la producción y el consumo ha provocado que el mercado, cuya producción se ha centralizado en América y parte de Europa, comience a ver un potencial de expansión hacia África y Asia, plantea el documento.

Una posibilidad que es catalogada cómo “peligrosa” por  Ghada Waly, titular de la Unodc. “El potencial de expansión del mercado de cocaína en África y Asia es una realidad peligrosa. Exhorto a los gobiernos y a otras instancias a que examinen detenidamente las conclusiones del informe para determinar cómo se puede afrontar esta amenaza transnacional con respuestas transnacionales basadas en la sensibilización, la prevención y la cooperación internacional y regional”, señaló Waly.